miércoles, 23 de octubre de 2013

Cuento de otoño


Se despertó el sábado La Demba vestidita de otoño, 
entre nubes y niebla baja

amanecimos alegres por el cambio de estación, jugando con el tiempo y el tiempo accediendo a ello

hasta el sábado pasado duró el verano para nosotros, el paisaje se tiñó de celebración y clausura y a cambio le regalamos sonrisas pillas por aceptar el juego

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Había una vez un hotel que decidió partir de viaje por el mundo durante tres meses. Arropado por sus clientes y las postales que fue recibiendo durante ese tiempo, sintió, sin mover su estructura, el frío finlandés y el calor de los geiseres, los olores y los colores de la India, la alegría italiana, los versos de Brossa, recibió besos peludos, besos artísticos, abrazos recortados y muchas sonrisas de aquellos que de él se acordaban desde paisajes, parajes y lugares variopintos y distantes, recibió durante ese tiempo con alegría palabras bonitas e imágenes especiales, abrir el buzón era una fiesta y su restaurante ha lucido rebonito y colorido gracias a los instantes gratos por otros vividos y por ese hotel compartidos.

Durante esos tres meses, en ese hotel del que os hablo que se llama Demba también lucían en sus paredes unas fotos especiales de viajes, emociones, moteles y sábanas que le han ido contando historias en voz muy bajita que a veces se convertía en susurro. Esas fotos tan especiales han servido para llevar a cabo un proyecto bello en forma de libro, en el que se han juntado tres magos de las cosas bonitas y bien hechas y han conseguido magia de esa que se toca, de esa que se mira, de esa que se lee y le han puesto por nombre a esa magia "Polvo en el neón".

Pues esos tres magos han estado en La Demba, aquí los tenemos a los tres explicándonos los trucos con los que hacen su magia, y nosotros con la boca abierta y los ojos como platos.


Oscar, Carlos, Dominique
Oscar Sipán, Carlos Castán, Dominique Leyva
editor, escritor, fotógrafo
libros, palabras e imágenes
personas gratas.

Había una vez un muchacho que decidió junto a unos amigos hacer libros, libros bonitos, libros especiales, libros "raros" para algunos ... esos libros que les gustarían a ellos leer, ver, mirar, tocar y disfrutar. De ahí nació Tropo Editores y ese muchacho, llamado Oscar, Oscar Sipán, visitó La Demba para llenarla de su ilusión, de su entusiasmo, de sus palabras amenas, de su energía y de proyectos ... y como somos muy requetegoistas, pues, hemos guardado sus regalos en tarritos de conserva para abrirlos cuando la niebla acompañe nuestros corazones.

Existe en el mundo un señor que escribe, que escribe de maravilla, que escribe relatos cortos y ahora novela larga, que engancha, que crea lazos, que inventa historias para nosotros, que enamora, que emociona y crea adicción, ese señor llamado Carlos, Carlos Castán, visitó La Demba para llenarla de su presencia lo primero, de su calma, de sus palabras y de sus historias ... y como somos muy requetegoistas, pues, hemos guardado sus regalos entre las piedras de nuestras salas y estancias para que susurren cosas bonitas a todos aquellos que vienen a visitarnos.

Hubo una vez en La Demba unas fotos fantásticas colgadas de sus paredes, vivieron en los pasillos del hotel, en los distribuidores de habitaciones, en las paredes del restaurante. Hijas de un fotógrafo con mirada especial, nacido lejos de nuestro país y capaz de ver la vida con un ángulo diferente, ese fotógrafo llamado Dominique, Dominique Leyva visitó La Demba para llenarla de su sonrisa, de sus recuerdos, de sus imágenes, de su humanidad, de su familiaridad  ... y como somos muy requetegoistas, pues, nos hemos quedado con tres muestras de su trabajo y con toda la magia que desprendía la exposición para ponernos guapos esos días que uno despierta sin tener fuerzas para mirarse al espejo.


 

Este cuento que no es cuento pero está escrito en otoño tiene banda sonora, ya sabemos que no es común, pero nadie ha dicho que nosotros lo seamos.

Venidos de lejos, con sus bártulos al hombro - o en carrito - y la sonrisa iluminando el camino Vio'z le dió a La Demba el regalo de la música.

Había una vez una muchacha que es actriz y nació en Francia, viajando por el mundo encontró un día a un muchacho, que curiosamente también había nacido en Francia y entre ellos apareció una cuerda efímera que los une, no los aprieta ni los ata, porque está llenita de sonidos, de notas, de canciones y de miradas cómplices que solo saben darse aquellos que saben lo que es la verdadera amistad, por el camino conocen a otros que también han nacido, dónde, no es importante, curiosamente seguro que lejos también, y más notas suenan para seguir uniendo y seguir trabajando para hacer disfrutar al mundo con la música.

Esa muchacha llamada Nathalie, Nathalie Meyer visitó La Demba para llenarla de su presencia, porque desborda alegría, entusiasmo, belleza, fuerza, optimismo, temperamento y profesionalidad ... y como somos, muy, pero que muy requetegoistas nos quedamos con varias de sus canciones grabadas en nuestra memoria, para tener el placer de que nos las susurre al oído, muy cerquita, muy flojito, y de ese modo creer que canta solo para nosotros.


El muchacho Julien, Julien Chanal acompañó en su visita a La Demba a la muchacha, como no podía ser menos, él fue el encargado de llenarnos de misterios, de miradas cómplices, de genialidades, de arte del bueno gracias a esas manos que desliza por su guitarra con suavidad y contundencia, con mimo y decisión. Persona de sonrisa misteriosa nos regaló su saber hacer ... y nosotros como somos los más egoístas que hay en el mundo pues hemos decidido prendernos en la solapa unas notas tiernas y elegantes que dejó olvidadas en un rincón, seguro sin darse cuenta.



Hubo otro, que también es muchacho, y músico, y también ha nacido lejos, más concretamente en México, que apareció en La Demba acompañado de lo que parecía un amor tímido y resultó ser un contrabajo excepcional. Pues, ese otro, llamado Juan Carlos, Juan Carlos a secas porque no recuerdo su apellido, pero no lo necesita, porque tiene magia, magia en las manos, magia en los dedos, magia en la mirada y magia en su trabajo, de la buena. Persona de buen talante y cordialidad sencilla, músico de profesión, de vocación y de planta, nos regaló su presencia y el movimiento de sus dedos ... y nosotros como nos estamos convirtiendo en los más egoístas del planeta, pues lo hemos guardado todo en un cajoncito secreto que abrimos tan solo en caso de urgencia absoluta de mimo , para pasar el invierno más templados.


cuento de literatura y música








Había una vea un hotel, había un vez un restaurante, había una vez un lugar de encuentro humano, había una vez un lugar que se llena muy a menudo de personas especiales que lo miman, que lo arropan, que lo educan, que lo ayudan a crecer, ese lugar llamado La Demba siente una pena enorme por todos aquellos que no disfrutan con ella de sus regalos y una alegría inmensa por todos aquellos que acaban descubriéndola y dejándose embriagar de todo lo que en ella acontece.

Ahora estamos limpios, paredes limpias, fuera postales ...

por cierto, que se me olvidaba, tenemos unos ganadores de lujo de nuestro concurso de postales y viajes ... son franceses y nos han enviado una postal del tan añorado por nosotros mercado de la Boquería, el destino juega con nosotros y nosotros con él sin importarnos, es lo que tiene la vida ... los esperaremos encantados y contentos.


  Pues a lo que iba, ahora estamos limpios, paredes limpias ...


paredes limpias, que se van a llenar en breve con un cuento de otoño y naturaleza, porque el frío va bien con los cuentos, las palabras van bien con el frío, y la naturaleza en otoño y en invierno es tan especial que está reservada tan solo para algunos, para aquellos elegidos que se atreven, que se atreven con todo ... pero esa es otra historia y hoy tenemos regalo.
¡qué lo disfrutéis!